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ObCP - Opinión
La moda de la protección al ambiente

Los ODS, y otros acuerdos convencionales, motivan a un compromiso real por la descarbonización en la compra pública. Sin embargo, pese a cambios legales oportunos, nos estamos quedando en el espejismo del cumplimiento, lo que empuja a la visión de la contratación estratégica a un riesgoso fracaso, sea desde la política que sea crea, las mismas normas y los planes de acción, ajenos a la realidad de las cosas. Se ocupa reflexionar sobre los resultados que se espera, y más que eso, sobre los medios que serán utilizados para garantizar alcanzar lo programado.

09/06/2025

A inicios de mayo asistí a un evento Iberoamericano, en España, donde, entre otros, se dio un valioso debate sobre la eficacia de las regulaciones y aspiraciones ambientales en la contratación pública. Hoy parece que nadie o muy pocos cuestionan la importancia, casi urgencia, de hacer algo con respecto al ambiente y la imperiosa protección, cuido y uso razonable de los recursos. Igual, no parece estar en duda el avanzar razonablemente en cuanto a la descarbonización, empezando por una política pública que sea, así decía en el evento dicho, realista.

Y es que, si por las vísperas se saca el dia, hemos venido creando una especie de espejismo, donde más de uno cree que se avanza, porque se piden criterios de admisibilidad o se da puntaje, a pedidos carentes de motivación, de sentido y hasta pertinencia; peor aún, se piden cosas que en la verdad de las cosas, no existen, pero se cree ingenuamente que ya se hizo el gran trabajo al pedirlo en un pliego de condiciones.

Me refiero a esa muy lamentable realidad en la que no pocos compradores, han venido no solo puntuando, sino hasta exigiendo, certificaciones ambientales que ni se conoce para que existen, planes de manejo de residuos o planes ambientales que simplemente se escriben en papel y se presentan, pero no existen en la realidad en los oferentes. Así, la cuestión parece estar con la moda, y compradores como vendedores, pues se apuntan a un juego, nada sano, de, en la forma, dar la idea de que trabaja bajo una falsa idea de compra verde, cuando lo único que hay es un ilusión, que no pasa de documentos o declaraciones que se colocan en los expedientes, pero nada hay, se propone o existe, que permita evaluar, y confirmar que hay realmente un proceso que ayude en la descarbonización.

El buen amigo y connotado jurista internacional José Pernas García, en “Algunas reflexiones sobre los «intangibles» que dificultan el desarrollo de una compra pública estratégica”, alerta aspectos de interés que resumo de la siguiente forma:

  • Hay un déficit de medios humanos y de capacitación, que dificulta la implantación de un cambio cultural efectivo y generalizado hacia la contratación pública estratégica.
  • Se da una reacción “defensiva” ante la acción social y política por los casos de corrupción. Ello lleva a una concepción de la función pública como fuente cotidiana de corrupción.
  • Y es que, como lo decía en otro artículo en este espacio del ObCP, hay un error de definición histórico en concebir como sinónimo de corrupcion al servidor y a la función pública.

  • Lo anterior alimenta una rigidez y falta de flexibilidad en los procesos de contratación, “que no facilitan el uso estratégico de la compra pública, que exige innovación y creatividad en muchos casos. Es quizás esta una valoración poco jurídica, pero es sin duda, a mi juicio, uno de los elementos intangibles que condicionan el avance de la compra pública estratégica. Ayudaría en este sentido que en los futuros desarrollos de la legislación estatal se realizará una aproximación más centrada en la eficacia y en los resultados estratégicos de los procesos de compra, que en una visión “patológica” de la contratación pública.”
  • Lo otro es el imperioso reto de “profesionalizar al personal de las administraciones públicas, de modo que puedan aprovechar con flexibilidad la “caja de herramientas” estratégicas” que, como en España, que es de donde valoro la reflexión del Dr. Pernas, de valor a la LGCP.
  • Y, además de la capacitación profesional, es vital “el uso estratégico sistemático de la contratación pública” que se “vería reforzado por el avance, no siempre presente, del compromiso de servicio público en el desarrollo de la función pública, que, sin embargo, solo puede desarrollarse en un ecosistema donde convivan una firma voluntad política, la mejora de las condiciones de trabajo y la dotación a las administraciones públicas con recursos suficientes, y la existencia de un marco jurídico suficientemente claro y que sea fuente de seguridad jurídica.

Sí debo sumar que en el planteamiento de la contratación estratégica y la política pública, se da un riesgo que es, sino el principal, si de los primarios, y es la incapacidad de evaluar la aplicación y real cumplimiento de los agentes compradores.

Y, si por la víspera se saca el dia, se ve muchas administraciones que se han plegado a la moda de copiar clausulas, y pedir requisitos en lo ambiental, tan solo por cumplir con un mandato o un pedido desde la política y las normas, de hacerlo. Pero, de eso no se trata. El reto es dar valor agregado, es incidir realmente en el aspiracional ambiental. Y, por ende, se debe ser realistas, ser conscientes, que el deseo en este campo no es formal, y de fondo, es crear una verdadera cultura en beneficio del ambiente.

Pero debe preocupar, por un lado, el riesgo de solo quedarse en la forma; sea, con administraciones que poco están haciendo al cumplir con el mandato de ley y política, colocando pedidos sí ambientales, pero que carecen de sentido, de formas de evaluar que realmente se esté diciendo verdad por los oferentes o proveedores; y es que en la práctica no se ve un compromiso cierto en lo que se jura tener o cumplir.

Lo otro es con no asumir el compromiso de la profesionalización. Y, en este capítulo donde, pese a las buenas intenciones, no se ve algo claro desde los que usualmente han apoyado en la clásica capacitación, esa de llenar ahora salas virtuales, con valores desproporcionados en los cursos, eso sí, ahora sin buenos desayunos o almuerzos en hoteles.

En este punto, la profesionalización y con tal, la capacitación, debe llegar a darse un cambio por el bien de los fondos públicos, y la ayuda honesta en crear un cambio que todavía espera.

La contratación estratégica y su componente ambiental no puede ser una moda, debe ser una realidad, pero, muy a nuestro pesar, su éxito pasa por un compromiso sincero y claro, de los actores del ecosistema de la contratación, y ahí, mirar y oír un discurso uniforme.


Fuentes de consulta:

https://josepernas.com/algunas-reflexiones-sobre-intangibles-que-dificultan-el-desarrollo-de-una-compra-publica-estrategica/

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